
Acabo de leerme un libro que me ha parecido muy entrañable, "Mi padre es capitán" de Olga Xirinacs. Trata de una niña, Flora, que está muy orgullosa de que su padre sea capitán de un gran barco y que se siente muy decepcionada cuando se entera de que sólo es cocinero de un remolcador. El día de su cumpleaños, después de haberse comido una tarta hecha por su padre en compañía de su familia y los marineros, por accidente, se queda en el remolcador mientras toda la tripulación, incluido su padre, ayudan a apagar un incendio. El papá de Flora resultó herido, Flora lo cuidaba, estaba muy orgullosa de él y muy contenta de que supiera cocinar tan bien. Al llegar la Navidad, el Roma, el barco de su padre, fue elegido para traer a la ciudad a los Reyes Magos. Flora tuvo la gran oportunidad de comer con ellos las cosas tan ricas que preparaba su padre, el Rey Melchor también le hizo un regalo.
Olga Xirinacs nos enseña con la historia de esta niña que todos los trabajos son muy importantes, siempre que se hagan bien hechos. Sin conocerla en persona, ya sabía yo que me caía bien. A los hijos nos quieren nuestros padres cuando no tenemos ninguna ocupación, y como siempre voy a lo que dice mi madre, "no es más importante un banquero que un basurero, lo importante es saber ser persona". Si queréis conocer las aventuras de Flora y qué le regaló el Rey Melchor, ya sabéis. Seguro que cuando queráis daros cuenta, estáis en la última página.