Joana Navarro recitando el poema de Jordi Dorca
respirando hondo
"Somos" una de las canciones favoritas de mi madre
Antonio Pérez Lasheras, Nacho Escuín, Miguel Morata y Alfons Cervera al inicio del acto.
Migue (Kairo) cantando "Una tarde sin fin"
Javier Gm, coordinador del Carpe Diem
El pasado jueves día 15 la voz y la obra de José Antonio Labordeta volvió a juntarnos esta vez en el Aula Magna de la Universidad de Valencia. La presentación del libro “Setenta y cinco veces uno” poesía reunida desde 1945 hasta el 2010 de Labordeta, ha sido un trabajo muy valioso que presentaron Miguel Morata (libería Primado), Alfons Cervera (escritor), Antonio Pérez Lasheras (profesor de literatura de la Universidad de Zaragoza) y el simpatiquísimo Nacho Escuín (editor de Eclipsados).
El Sr. Antonio Pérez hizo un análisis de canciones y poemas que nos hacían entender por qué, a quién, en qué circunstancias o en qué pensaba Labordeta en el momento en que escribía, siempre procurando llegar a toda la gente y eso ha quedado confirmado que lo consiguió.
La segunda parte del acto consistió en la lectura de poemas. Mi amigo Alberto Villén abrió con un poema propio que pasea por las canciones de Labordeta, mi siempre maestra Joana Navarro recitó el genial poema de otro amigo: Jordi Dorca. Bibiana (de Alfambra) leyó un poema de Labordeta y Viktor Gómez uno propio. Me gustó muchísimo cómo recitó Javier Gm un poema propio muy entrañable y divertido al igual que Fermín Alegre. Yo no sé cómo lo hice, dicen que bien pero estaba muy nerviosa porque había muchísima gente, algunos de pie y leí este poema que escogieron Luci y mi madre y yo no conocía pero que me gustó mucho y que escribió Labordeta a sus alumnos:
“Mientras vosotros estáis con los grafismos
contándome la historia de los tiempos
escribo en el silencio de las aulas
palabras nostálgicas, recuerdos.
Mientras vosotros habláis de socialismos,
de movimiento obrero, de Bismark el guerrero,
contemplo los objetos perdidos en el cielo
y escribo versos, tiernos versos de amor y regocijo.
Mientras crecéis para hombres y mujeres
y del ojo infantil os cuelga tanta vida,
asumo nostálgico este tiempo
que apenas si me queda entre los dedos.
Mientras vosotros vais,
yo vengo.
Doloroso es cruzarse en el camino. “
Cuando acabamos de recitar allí estaba nuestro Migue (Kairo) que cantó “Una tarde sin fin”, su voz resonaba en cada rincón de la sala, fue muy emotivo y los que aún no la habían oído les encantó. Le aplaudieron muchísimo. Por supuesto acabamos cantando juntos el “Canto a la libertad”.
En el homenaje había mucha gente de Teruel pero que viven en Valencia como mi padre, Gaspar, Trini, Gonzalo, Alberto Villén y Alberto Galindo, y algunos que conocí esa tarde como Agustí Cerdá que también era amigo de Labordeta y estuvo con él en el Congreso, me gustó porque tiene cara, y sonrisa de buena persona.
Estoy muy contenta de haber participado en este acto dedicado a una persona tan entrañable como José Antonio Labordeta y con gente tan estupenda.
