Miro al cielo tan oscuro
salpicado por estrellas,
si alguna me guiña un ojo
resulta que son quimeras,
aunque prefiero ignorarlas
y aprender de las mareas
que no buscan protagonismo
a costa de la Luna llena.
Que este pueblo tranquilito
como granitos de arena,
mezcladita con la sal que escuece
deja que se escriba en ella,
puede hacer un caminito
y cruzar mares y sierras.
No esperes que se detenga,
nadie frena una ventolera.
Es difícil salir bien parado
de una tormenta de arena.